Sueldazos, sentido común y emociones
por Roberto Ayala
La realidad política de hoy
esta mediada por la exacerbación de los sentimientos. Hay quienes afirman que
eso es el reflejo de la imagen de los referentes políticos y quien logre
¨manipular¨ mejor los ánimos de la población, puede lograr incluso ganar
elecciones; pese a que el espejo de la realidad que nos devuelva esas emociones sea un tanto más
dura que esa religiosidad que ofrece la adherencia política a esos
sentimientos. Lisa y llanamente, entramos en el terreno de la fé.
Paradójicamente, esto parte
de la misma realidad; basta con mirar los números de Mauricio Macri (2015 –
2019) y los de Alberto Fernández (2019 – 2023) mientras que los dos o tres últimos
años de la segunda presidencia de Cristina Kirchner, parte más de una construcción
mediática que se ha sostenido en el tiempo - no era una panacea - pero algo
estaba cambiando en la economía Argentina.
¿Qué habrá después de Milei
cuando pese a la realidad, sigan dominando los sentimientos?, ¿se sostendrá en
el tiempo ese ¨combate cultural¨ a la ¨casta¨?
Hemos dicho que todo
gobierno construye su propio relato, elige su enemigo, elige que contar y con
quien contar para sostener sus primeros meses de gobierno hasta tanto logre
resultados de corto plazo lo demasiado reales para sostener ese sentimiento
religioso y ese crédito con el que cuenta. Y parece que esta novedad de Javier
Milei, ni siquiera hablamos de la libertad avanza como partido, ni ninguna otra
referencia lo suficientemente equiparable al personaje, es toda del presidente;
ha logrado entender bien el juego de época. Lo último del aumento de sueldos
del senado, corresponde a esta situación.
Si entramos en esa sintonía,
nos estamos perdiendo quizá profundizar en un debate que ya devenía de la
propia campaña electoral cuando también se hablaba de pedirle resultados al
poder judicial que correspondiese con su lugar; porqué mucho se le demanda al
ejecutivo, pero poco al legislativo y poco de cómo hacerlo en el legislativo.
La coyuntura se impone,
domina y todo colabora a obturar ese debate mientras siga el pleno juego de la
¨batalla cultural¨ por ahora la política no logra ordenarse y dar una respuesta
vasta en todas esas dimensiones ante una figura que la degrada.
Aunque logren retrotraer los
aumentos del senado y nos pase por atrás los aumentos del presupuesto de ¨el
jefe¨ o el rango de ministro que tuvieron Adorni o el monje Sereldini, si no se
traducen en un juego activo y que corresponda a hacer de la razón en la
realidad, el nuevo sentido en el que ampararse. Va a seguir dominando los
personajes que adjetiven mejor.
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